lunes, 2 de junio de 2008

Megadeth Arraso Santiago y no tomo Prisioneros



Empezaron el juego los locales Criminal. Siempre al frente con Anton Reissenegger, uno de los puntales de la historia del metal en Chile, el cual lideró la descarga de muestras de su último disco “Sicario” y temas más viejos como “Self destruction” y “New disorder”. Media hora de aperitivo, bien recibido, suficiente para acrecentar el apetito por el plato fuerte de la noche.
Minutos más tarde, a las 22:00, se apagan las luces y aparece Mustaine en escena, guitarra en mano, polo de Kiss , generando la rutinaria reacción de gritar como bestias y levantar las manos gesticulando cachos al escenario.
El arranque es con "Sleepwalker", uno de los temas nuevos de su último disco “United abominations” (2007), el que vienen promoviendo en esta gira. Los saltos y el mosh más intenso se hacen caóticos a partir de los que vienen después, puras joyas del pasado: “Wake up dead”, “Take no prisoners” y “Skin o’ my teeth”, al hilo y sin espacio para respirar.
El sonido acompañó la avalancha de riffs del frontman y su banda, completada con James Lomenzo al bajo (ex White Lion, ex Black Label Society, ex Zakk Wylde y ex muchas cosas más), Chris Broderick en guitarra y Shawn Drover en batería. Lejos de ser una formación “clásica”, pero cumplió a cabalidad.
Mustaine agradecía los continuos vítores con aplausos y besos (sí, besos) a la muchedumbre y colgaba banderas chilenos de los amplificadores. Hablaba poco y expresaba poco, a lo más un “I fuckin’ love you, guys” (algo así como “Los quiero más que la…”), pero así es Mustaine. Mientras, el respetable se desgarraba la garganta cantando los coros y algunas modificaciones como el argentinizado “Megadé, Megadé, aguante Megadé” para el que se presta el riff de “Symphony of destruction”.
Tras el orgasmo colectivo que generaron algunos puntos altos como “Hangar 18”, “In my darkest hour” y “Tornado of souls”, dejaron para el final lo mejor: “Peace sells”, intercalado con “The mechanix” y la última “Holy wars… the punishment due”.
Una noche redonda para todos. Cabe preguntarse, después de ver a 15 mil maníacos encerrados para ver un grupo que no lo tocan en las radios ni figura en los medios, si ésta es la verdadera "masividad" y por qué a otros que no llevan ni la mitad de gente se les tiene por más "populares". Como para reflexionar. Por mientras, Mustaine prometió “volveremos”. Si las cosas siguen así de bien entre ellos y su gente, es casi un hecho.

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